En 2020, la capacidad de pago de las empresas mexicanas fue impactada por los efectos de la pandemia del COVID-19. De acuerdo con el ‘Estudio de pagos’ elaborado por Dun & Bradstreet, proveedor global líder de datos y análisis de decisiones comerciales, los pagos puntuales de compañías mexicanas retrocedieron 4.3 puntos porcentuales, a 48.8%, de finales de 2018 a finales de 2020.
Lo anterior es la caída más profunda en comparación de empresas en Estados Unidos y Canadá, que cedieron 1.4 y 0.9 puntos porcentuales, respectivamente, en el mismo periodo.
Al cierre del año pasado, 54.9% de las compañías que operan en Estados Unidos realizó sus pagos puntuales, mientras que 31.3% de las empresas en Canadá cumplió con sus compromisos.
Las empresas que operan en México resintieron el impacto de la pandemia y se refleja en su caída de pagos puntuales de 2018 a 2020, la cual fue más profunda que sus similares de Estados Unidos y Canadá.
Unidades: Puntos base
Dun & Bradstreet
Los pagos atrasados impactan de distintas maneras. El daño puede ir desde la capacidad para obtener contratos, préstamos, créditos e inversiones, entre otros puntos. Incluso puede afectar la operación del negocio, al mermar el flujo de caja de una empresa y comprometer sus finanzas.
En paralelo, lidiar con pagos retrasados se convierte en un purgatorio crediticio. Si se fuerza el cobro, puede dañar la relación comercial, pero si se deja pasar se vuelve una carga financiera. El purgatorio se puede resumir en dos clases de socios: los que pagarán, eventualmente, y los que dejarán cuentas pendientes.
Los sectores con mayor deterioro en capacidad de pago puntual, en México, son: inmobiliario (-11.3%), hoteles y otros alojamientos (-11.1%) y servicios de esparcimiento y recreación (-10.2%), al cierre del 2020.
Lo positivo
Si bien, las empresas que operan en Canadá, Estados Unidos y México tuvieron retrocesos en su capacidad de pagos puntuales, dista de lo que sucede en otros países, como Irlanda, donde la baja fue de 18.9 puntos porcentuales, de finales de 2018 a finales del año pasado.
En América del Norte, las industrias -en general- muestran resistencia al impacto de la pandemia. Aunque industrias como las relacionadas al turismo en México reportan pagos atrasados y alza en morosidad, la reapertura y la recuperación económica ayudarán a las empresas a reactivar su flujo de efectivo para hacer frente a sus compromisos financieros.
La actividad económica mexicana avanzó 25.1% en mayo, en comparación con el mismo mes de 2020, guiada por los incrementos del sector industrial y de servicios, de acuerdo con el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para todo 2021, los analistas encuestados por Citibanamex estiman un crecimiento de 6% del PIB y, para 2022, una expansión económica de 2.9%.
La recuperación económica debe complementarse con decisiones acertadas de las empresas en temas como: extender créditos, ofrecer préstamos, proporcionar términos y condiciones favorables para las partes involucradas. Al final, los prestamistas, proveedores y vendedores son parte de un mismo ecosistema con fines similares, como satisfacer al cliente.