La confianza es uno de los intangibles más importantes de las empresas. Pero, ¿por qué debe ser indispensable para las PyMES mexicanas?
La economía global funciona gracias a la certidumbre que se genera entre las compañías, socios comerciales, cadenas de suministro, datos, información y tecnología. Por lo cual, recae en el talento humano de las organizaciones.
Los números son contundentes. Los trabajadores de empresas donde la confianza es alta reportan 106% más energía en la oficina; 74% menos de niveles de estrés; 76% más compromiso y 50% más productividad, que sus pares en empresas donde escasea este valor, de acuerdo con una investigación publicada en Harvard Business Review.
En México, uno de los motores más importantes que tiene su economía recae en las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que generan 72% del empleo y más del 50% del Producto Interno Bruto (PIB). No generar certeza en este sector significaría un impacto de dimensiones estratosféricas, que pondrían presión a 7 de cada 10 empleos y a 1 de cada 2 pesos que genera el país.
Acá partiremos hacia dos realidades. La primera, donde la confianza permea entre las empresas y los stakeholders más importantes y, la segunda, cuando la falta de dicho intangible merma las relaciones.
De un lado, los países con niveles elevados de confianza son más productivos y propensos a participar en cadenas globales de suministro. Esto se demostró cuando inició la pandemia del COVID-19, donde compañías con alto grado de este valor brindaron más beneficios a sus empleados, y sortearon de mejor manera un evento sin precedentes.
Sin embargo, las organizaciones con bajos niveles de libertad y cercanía son más propensas a exigir pagos por adelantado y, en los países, es menos probable que las firmas tengan acceso a crédito bancario, de acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La desconfianza ha ganado terreno. En las últimas tres décadas, las personas que tienen “poca o ninguna confianza” en las grandes empresas escaló de 26 a 39%, de acuerdo con la consultora Gallup. Esto tiene sus raíces en incumplimiento de promesas implícitas a sus empleados, como proporcionar un trabajo de por vida y asegurar una vejez digna.
En números, ¿qué tanto afecta la personalización deficiente de soluciones y un alto nivel de desconfianza en las empresas? Tan solo en Estados Unidos, esto escala hasta 756,000 millones de dólares, con 41% de consumidores cambiando de empresa porque no se alinean a sus intereses, según investigación de Accenture Strategy Global Consumer Pulse.
Construyendo puentes
La confianza es una pieza fundamental para las sociedades, empresas y economías. El mundo globalizado e integrado, que se deja ver bien en las cadenas de valor, vincula a millones de personas, de distintas culturas. Uno de estos instrumentos —y puentes— es la tecnología, que trae consigo innovaciones sociales y económicas.
Sin importar la latitud, las PyMEs son conscientes de los beneficios que la tecnología puede aportar a todos los aspectos de sus negocios. Un reporte elaborado por Dun & Bradstreet, en Reino Unido, indica que 58% de los encuestados está de acuerdo en que la tecnología puede mejorar la eficiencia; 38% cree que incrementa la seguridad de su empresa y los datos de sus clientes; y 37% prevé que ésta puede ayudarlos a ahorrar dinero a largo plazo.
Claramente, una empresa solo puede alcanzar su máximo potencial cuando cuenta con las personas adecuadas a bordo. Esto explica por qué 37% dice que el reclutamiento es su prioridad en los próximos años. La incorporación de empleados capacitados a la organización desbloquearán los beneficios que ofrece la tecnología y fortalecerá a la organización, en su conjunto.
Una pequeña empresa necesita una combinación de tecnología y talento para crecer. Con las herramientas adecuadas, se podrán generar lazos entre los socios comerciales y proveedores, crear ofertas de productos y desarrollar servicios que permitirán llegar a nuevas oportunidades de negocio.
Un buen ejemplo es contar con las plataformas para medir el riesgo al pedir un crédito. Con ésta se podrá tener información básica de nuestra empresa y de nuestras contrapartes.
La transparencia acompaña a la confianza y a la tecnología. Información susceptible de ser utilizada por otros, como: prestamistas, proveedores o socios, para ayudar a demostrar la estabilidad financiera y la credibilidad de una empresa.
Comprender más sobre el riesgo crediticio, con herramientas que brindan orientación sobre cómo establecer límites para nuevos clientes, en función del historial de pago de su empresa, son tipos de información que ayudarían a mitigar el riesgo potencial para los negocios, a medida que buscan expandirse.
Hacia el futuro, una lección que nos han dejado los últimos años es aprender a planificar. Con tecnología, desarrollar un plan de riesgo crediticio, cuidar el flujo de caja y saber con quién se hacen negocios facilitará el crecimiento, preparará a las empresas a hacer frente a recesiones inesperadas y, sobre todo, construirá puentes de confianza entre pequeñas, medianas y grandes empresas, así como con cadenas de valor y demás jugadores.