El liderazgo siempre ha tratado de preparar a los profesionales para los retos del futuro. Sin embargo, en los últimos años, esta tarea se ha visto dificultada por el escenario de acontecimientos impredecibles y de gran impacto, rupturas repentinas con modelos conocidos e incertidumbres que rodean cada decisión organizativa.
¿Cómo puede prepararse un líder para los retos del futuro si el ritmo de los cambios se ha vuelto difícil de seguir?
Esa es la pregunta que todo mundo se hace.
Ante la expectativa frustrada de que volveríamos a una cierta normalidad en 2023 -un año que no dio tregua a las sorpresas y a los intensos cambios estructurales del mercado-, 2024 ya ha comenzado como el año en el que los líderes deben darse cuenta de que esta realidad cambiante ha llegado para quedarse.
Y en tiempos inestables, sean cuales sean las tendencias de liderazgo que aparezcan en el radar, hay una capacidad humana que subyace con fuerza a todas ellas: construir confianza.
Ya sea garantizando la implementación ética de la inteligencia artificial, gestionando las nuevas naturalezas del trabajo, calmando las tensiones políticas y los conflictos globales: la mejor manera de que los líderes superen este escenario será generando confianza.
A continuación se exponen algunas cuestiones complejas a las que se espera que se enfrenten los líderes en 2024 y cómo, a través de ellas, pueden construir una cultura y un entorno de confianza con los que las personas puedan contar.
Liderazgo: cómo prepararse para el 2024
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La inteligencia artificial como aliada
Elegida de forma unánime como la tecnología más importante de 2024 en las previsiones de tendencias, la IA Generativa entra en una fase más práctica este año. En otras palabras, los que aún no han dado el primer paso ya se están quedando atrás.
La IA generativa, que puede utilizarse de diversas formas en toda la economía mundial, sigue siendo un misterio para muchas empresas que aún no han entendido cómo implantarla en sus procesos, y el reto para los líderes es preparar a la organización para aprovechar las oportunidades que ofrece.
En este sentido, unos buenos analistas de negocio e integradores de sistemas serán esenciales para integrar la IA en la arquitectura general de la empresa.
Pero no servirá de nada si los empleados no reciben la formación adecuada para sacar el máximo partido a esta tecnología.
Se puede afirmar que estamos viviendo una revolución en el reentrenamiento de los trabajadores que será extremadamente importante para que los líderes establezcan la confianza entre aquellos que temen perder su trabajo o no ser capaces de seguir el ritmo de un lugar de trabajo basado en esta tecnología.
Las tendencias en el uso de la IA para 2024 se centran en la ciberseguridad, el aumento de la eficiencia de la cadena de suministro, el desarrollo de nuevos programas informáticos, la automatización de la atención al cliente y la agilización de la selección de candidatos a un puesto de trabajo.
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Navegando por el mar de incertidumbres geopolíticas, climáticas y económicas
El fin del acuerdo de granos entre Rusia y Ucrania y el conflicto en Oriente Medio son ejemplos de acontecimientos geopolíticos que afectaron a la economía mundial en 2023. Por otra parte, el conflicto armado en Ecuador en los primeros días de 2024 pone de relieve el clima turbulento que continuará en el nuevo año.
Además, tenemos un año electoral, lo que se ha llamado un “superciclo electoral mundial”. Los votantes acudirán a las urnas en mercados que representan alrededor del 54% de la población mundial y casi el 60% del PIB mundial, incluidas unas elecciones muy polarizadas en Estados Unidos, que tendrán un impacto fundamental en el entorno empresarial mundial.
Al mismo tiempo, 2024 promete ser testigo de un récord de temperatura en el planeta Tierra, incluso superior al de 2023, año en el que varias catástrofes climáticas afectaron a vidas humanas, al suministro de alimentos y a varias empresas de los países afectados.
Por otro lado, el Foro Económico Mundial prevé una nueva ralentización del crecimiento de la economía mundial de aquí a 2024, influida por la subida de los tipos de interés, el encarecimiento de la energía y la desaceleración de las dos principales economías del mundo: China y Estados Unidos.
Esta falta continua de claridad económica a gran escala, unida a la inestabilidad del mercado tecnológico y a las turbulencias geopolíticas y medioambientales, crearán nuevos retos para 2024. A medida que la disrupción se convierta en una constante, el liderazgo exigirá una adaptabilidad extrema.
Los grandes líderes están reevaluando sus prioridades estratégicas, centrándose en la gestión del talento y en las expectativas de las partes interesadas a la hora de abordar las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), generando confianza en medio de la incertidumbre.
El informe “Resiliency in the making” de Accenture también apunta otra tendencia en esta dirección, mostrando que el número de empresas que aumentarán su resiliencia invirtiendo en automatización aumentará en los próximos tres años. La automatización centrada en la previsión de escenarios puede ser valiosa para obtener información y tomar decisiones rápidas.
En el entorno actual, los líderes deben tener escenarios diferentes preparados, un reto para los ciclos de planificación y presupuestación, pero que inevitablemente provocará menos oleadas y trastornos si necesitan adaptarse.
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Hacer frente a las nuevas normativas
2024 ya ha comenzado con la entrada en vigor de la nueva ley de la Unión Europea que regula los informes de sostenibilidad. La CSRD o Corporate Sustainability Reporting Directive es una de las bases del Green Deal europeo y, aunque tiene una acción local específica, todo el mundo se prepara ya para sus implicaciones para las empresas a nivel global.
De este modo, las cuestiones ESG siguen siendo un reto para los líderes, que ahora no sólo deben garantizar la aplicación de nuevas prácticas sostenibles, sino también garantizar procesos internos capaces de recopilar, verificar y presentar los resultados de forma eficaz, así como cumplir los nuevos requisitos de divulgación de información.
Una vez más, la respuesta parece estar en la integración de la tecnología y el análisis de datos, codificando los procesos ESG y transformándolos en información relevante. Los datos fiables, por último, ayudan a generar confianza entre las partes interesadas en un momento en que muchas empresas navegan en discursos sostenibles y sociales engañosos.
La inteligencia artificial también vuelve a enfrentarse a retos por el uso indiscriminado y poco ético de sus herramientas, con varias normativas en discusión para 2024.
Los líderes serán responsables de iniciativas destinadas a establecer directrices claras para el uso de la IA, garantizar la supervisión humana y proteger los datos personales de los clientes.
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Liderazgo y lugar de trabajo
Los retos del liderazgo siempre se caracterizan por las demandas únicas de los tiempos y en 2024 un cambio fundamental en el escenario es el cambio generacional, marcado por una transformación en la forma en que las nuevas generaciones se comprometen con el trabajo y sus percepciones del lugar de trabajo.
En 2023, observamos una brecha cada vez mayor entre los ejecutivos y sus empleados en la vuelta al trabajo presencial, con la normalización posterior a la pandemia que muestra un distanciamiento entre los líderes y los deseos de su equipo.
Muchos trabajadores cuestionan esta resistencia al trabajo a distancia como una falta de confianza por parte de sus jefes en su capacidad para ser productivos desde casa y esto, a su vez, debilita la confianza en los líderes.
La confianza también se deteriora cuando se modifican las políticas de trabajo a distancia, especialmente con poca antelación y escasa comunicación, después de que los empleados hayan tomado importantes decisiones económicas y vitales ante las promesas de los directivos.
Si los CEOs realmente creen que el compromiso y la retención de los empleados son sus principales preocupaciones empresariales, deben considerar qué acciones y políticas impulsarán los resultados que buscan ante esta nueva realidad.
Por ejemplo, desarrollando políticas que no sólo se adapten a las estructuras de trabajo a distancia e híbridas, sino que también se beneficien de ellas. También deben tener una estrategia clara sobre cómo pretenden generar y mantener la confianza en estos formatos de trabajo, además de ser coherentes con las comunicaciones anteriores y explicar claramente por qué están haciendo cambios.
Todo ello parte de una mayor conexión entre los líderes y los trabajadores de primera línea, comprendiendo lo que es importante para ellos.
En 2024, serán muy valiosas las acciones para crear entornos en los que la Generación Z y el resto de las generaciones se sientan valoradas y comprendidas, adaptar los programas de liderazgo para preparar a los directivos y ejecutivos para liderar equipos más jóvenes, diversos, remotos y distribuidos de forma eficaz.
¿Qué debemos hacer diferente en 2024?
De cara a 2024, todas estas tensiones en el lugar de trabajo y en todo el mundo están creando una preocupante tormenta de volatilidad, que sólo puede sortearse fomentando la confianza.
Bien sea eligiendo cómo implantar la IA, afrontando imprevistos o cambiando la naturaleza del trabajo, será más crucial que nunca que los líderes tengan una sólida visión de futuro y que las partes interesadas sean capaces de entender el “por qué” de lo que hacen, convirtiéndose ellos mismos en defensores de sus decisiones.